Conversamos con Alexander López Manrique, egresado de la especialidad de Ingeniería Mecatrónica y miembro del Grupo de Innovación y Tecnología de la PUCP, sobre el desarrollo de RobotMan, robot humanoide que cumple funciones de seguridad y vigilancia en centros comerciales.
Cuéntanos sobre las especificaciones de RobotMan, ¿qué tipo de hardware y software se ha implementado en el proceso de construcción?
El hardware fue la integración de distintos componentes, algunos de ellos importados desde distintas partes del mundo. El cerebro del robot consta de un computadora Core i5, con 6 gigabytes de RAM, 1 terabyte de disco duro y una velocidad de 2.65 GHz. Los actuadores, que usa para mover sus brazos y cabeza, son Dynamixel, servos de alto torque y precisión. En la base cuenta con dos motores Ampflow, con su respectiva caja reductora. Un controlador de velocidad IONMC para los motores ya mencionados. Tres plataformas electrónicas para controlar los sensores y actuadores, aparte de los ya mencionados. El robot tiene sensores ultrasonidos para evitar coaliciones, sensores de profundidad como sistema redundante contra coaliciones, dos matrices de ledes de 8×8 para representar sus ojos, un actuador lineal para ajustar la inclinación del torso del robot, un amplificador y dos parlantes para proyectar la voz, un emisor de radio frecuencia, seis cámaras de seguridad alrededor de cuerpo, las cuales le permiten tener un visión 360, y cámara web en la frente para transmitir vídeo en tiempo real.
Sobre sus funciones, ¿qué tipo de necesidades de la población y del centro comercial satisface?
Es un plataforma robótica que, durante el día, cumple con brindar información general al cliente y, por la noche, brinda seguridad y vigilancia. Además de ser una plataforma de interacción con el público, inspira a la población a reconocer el talento y la creatividad que tienen los peruanos para desarrollar ideas y estar a la par con el resto del mundo. La mayoría de personas cree que hemos importado el robot, pero les comentamos que fue desarrollado en el Perú e, inmediatamente, la forma de verse a sí mismos, como peruanos, cambia por una más motivadora y con miras a un mejor futuro para el Perú.