Equipo de Ingeniería Geológica PUCP ocupó segundo lugar en “Explora Perú – Edición Bicentenario”

26/11/2021

Durante seis meses, nuestros estudiantes participaron del primer programa de entrenamiento preprofesional organizado por la Sociedad Geológica del Perú, donde más de 100 alumnos de 11 universidades de todo el Perú tuvieron el desafío de desarrollar un proyecto de evaluación de zonas con gran potencial prospectivo y exploratorio de áreas mineralizadas en nuestro país.

Luego de cuatro meses de clases teóricas diarias para reforzar sus conocimientos en prospección, exploración y geología minera, así como otros dos meses desarrollando un proyecto generativo de exploración y un modelo de mineralización con su respectiva estimación de recursos, el equipo que representó a nuestra universidad en el programa Explora Perú en su edición del bicentenario logró consolidarse como el segundo mejor elenco de toda la competición.

Brayam Ortiz Benavente, Edinsson Ramos Espinoza, Karla Olcese Fernández, Eduardo Tirado Romero, Johann Culqui Puerta, Álvaro Espinoza Otayza y Robert Silva Robles, quienes son parte del SGP Student Chapter PUCP, integraron el equipo de alumnos de Ingeniería Geológica que participaron del primer programa nacional de entrenamiento preprofesional organizado por la Sociedad Geológica del Perú.

Pasión por la exploración

La curiosidad por las formaciones rocosas, el deseo de salir de la ciudad y explorar desde el propio campo, el interés por los minerales, así como la buena remuneración económica fueron las principales motivaciones de Brayam, Edinsson, Álvaro y Robert para apostar por estudiar Ingeniería Geológica, una carrera, en su momento, nueva en nuestra universidad (empezó a dictarse a partir del semestre 2014-1), pero con gran potencial en todo el país.

Esa pasión compartida por la geología y las exploraciones permitieron que, por primera vez, los siete integrantes del equipo participen del programa de entrenamiento Explora Perú – Edición Bicentenario desarrollado por la Sociedad Geológica del Perú. La idea de desarrollar un proyecto de prospección regional, además de representar a la universidad en una competición nacional, fueron razones importantes para emprender una experiencia totalmente nueva.

“Nunca habíamos concursado en tales eventos, y queríamos dejar en alto a los estudiantes de Ingeniería Geológica de la PUCP, demostrar que somos talentosos y con bastante capacidad”, señala Brayam, quien fue el líder del equipo. “Todavía somos pocos egresados de la universidad, así que queríamos resaltar en la industria, ponernos en el mapa, ser más conocidos y creemos que se logró”, añade Johann, recientemente egresado de la carrera.

Intensa preparación previa

El programa estuvo dividido en dos etapas: la primera consistía en una etapa de capacitación y evaluación continua de cuatro meses, que incluía clases de lunes a viernes de dos horas, así como evaluaciones cada sábado. Más de 100 estudiantes de 11 universidades emprendieron esta experiencia.

La segunda etapa fue una fase orientada más a la exploración: tuvieron la misión de crear un proyecto generativo para evaluar la prospectividad minera y el potencial geológico de una determinada zona del país.  Asimismo, también crearon un modelo de mineralización junto a su respectiva estimación de recursos a partir de un set de datos que les fue facilitado por la empresa Datamine. Además, los grupos debían de presentar un informe con recomendaciones técnicas finales del proyecto junto con el ranking de las áreas más prospectivas.

“Nos dieron ciertas indicaciones sobre cómo elegir la zona. A nosotros nos tocó entre los departamentos de Áncash, Lima y Junín, y teníamos que definir un área de máximo 15,000 km². A partir de ello, generamos todos los estudios respectivos como geoquímica, sensores remotos, geología regional, etc. Por último, obtuvimos un mapa predictivo final con varios targets, de los cuales alguno podría ser un probable yacimiento mineral con potencial económico. Fue una etapa generativa”, explica Brayam.

“La siguiente fase estaba enfocada en el uso del software Datamine para el modelamiento y la estimación de recursos minerales. Se nos otorgó un set de datos, del cual se analizaron los GAPS, luego un análisis exploratorio de datos, interpretación geológica, modelamiento geológico 3D, criterios geoestadísticos y estimación de recursos minerales. En esta fase, nuestra compañera Karla fue clave ya que domina bastante bien los conceptos anteriormente señalados y el software en sí”, agrega Ortiz Benavente.

Esfuerzo y trabajo en conjunto

La intensidad del programa, así como la variedad de temas especializados que abordaban, hicieron imprescindible una organización impecable. Johann comenta que, inicialmente, el grupo estaba compuesto por 10 integrantes; sin embargo, finalmente tres miembros tuvieron que retirarse, lo que les exigió un esfuerzo colectivo más integral. Utilizaron las capacidades de cada uno para delegar responsabilidades y obtener los resultados esperados.

“La pieza clave fue que aprovechamos el background de cada integrante, así como sus gustos, para poder designar las funciones que le competían a cada uno. Y es que, si haces lo que te gusta, vas a tener la suficiente motivación para terminar tus labores. Además, teníamos cada cierto tiempo reuniones periódicas para ir tomando las decisiones más importantes sobre cómo ir avanzando en cada etapa del proyecto”, destacó Edinsson.

Eduardo, por su parte, resaltó que, al encontrarse la mayoría del equipo entre el octavo y décimo ciclo, ya todos tenían una buena base de conocimientos, por lo cual tampoco les fue complicado profundizar en los diferentes ejes temáticos que exigía el programa. Pero, en caso fuese necesario, también llevaron cursos para reforzar aquello que no dominaban. Su gran mentor y asesor fue el Mg. Sebastián Benavides, profesor en la especialidad.

“Al comienzo, planteé una idea al equipo: enfocarnos en el concepto de sistema mineral del cual se derivan diferentes aspectos y características que tienen cierto tipo de yacimientos que íbamos a explorar, que eran depósitos relacionados al sistema pórfido. En mi caso, aporté en la parte de geología regional: realizar mapas de intrusivos fértiles y rocas hospedantes”, explica Brayam sobre el proceso usado para designar responsabilidades.

Mapa predictivo para delimitar targets

Cada integrante generó mapas que al final se integraron en uno solo. “Mi aporte estuvo en los sensores remotos para detectar anomalías, también apliqué machine learning, específicamente las redes neuronales artificiales para obtener un mapa predictivo”, indicó Johann. “Yo vi la parte de geología estructural, enfocada en la interpretación de fallas profundas, y también el análisis de imágenes satelitales para identificar zonas con alteraciones, ya sean óxidos o arcillas, los cuales son muy buenos indicadores de que posiblemente exista un yacimiento”, cuenta Edinsson.

“Tuve un aporte en las dos fases. En la primera, apoyé en la geoquímica, sobre todo en la multivariable: implementamos el uso de una técnica multivariable llamada análisis de componente principal, y eso nos llevó a obtener un mapa predictivo en base a la geoquímica multivariable y también la univariable. Fue un trabajo grupal, pues participaron Brayam y Johann, y se fue refinando con una metodología final”, precisa Eduardo.

“En la primera etapa, apoyé a Eduardo y Brayam en la geoquímica y diseño de cuencas para procesamiento posterior. En la segunda parte, apoyé directamente a Karla con el programa Datamine y todos los pasos para el procesamiento de los datos de sondajes que nos brindaron, el diseño de un modelo geológico —aparte del modelo de bloques— y la estimación de recursos finales. Además de la redacción del informe y las diapositivas”, contó Álvaro.

“Robert nos apoyó en la parte de geología regional y en la redacción del informe, que fue una tarea en la que todos participamos junto a la elaboración de las diapositivas”, destacó Brayam. Desde abril, cuando comenzaron las clases teóricas, hasta los dos meses que se les otorgó para desarrollar la evaluación de potencial prospectivo del área seleccionada y la estimación de recursos a partir de los datos otorgados, el equipo dedicó un total de seis meses al programa.

“La geología abre un abanico de oportunidades”

Ver hacia atrás y rememorar todo lo materializado es la mayor satisfacción para Johann: “Para armar todo el proyecto desde cero, partimos desde ideas conceptuales muy sólidas que involucran desde la tectónica al magmatismo, hasta el uso de ideas completamente innovadoras que involucran el uso de machine learning para la ayuda de toma de decisiones en cuanto al proceso final de la selección de las áreas más prospectivas”.

Eduardo y Álvaro también coinciden en que la totalidad de la experiencia de desarrollar todo un proyecto a partir de un aprendizaje teórico gradual fue lo más enriquecedor del programa. Brayam, por su parte, destaca el trabajo y espíritu autodidacta del equipo para investigar sobre los temas más desafiantes. Además, resalta que pudieron trabajar más en sus habilidades blandas gracias a las dinámicas que se desarrollaron durante el programa.

“Todos éramos evaluados de forma individual, ya sea por las participaciones, exámenes, así como puntos individuales por el proyecto final. Edinsson y yo quedamos en el TOP10, él quedó en el segundo puesto entre aproximadamente 110 estudiantes”, detalla Ortiz. Ambos recibieron becas para realizar sus prácticas preprofesionales, además de recibir una mochila equipada con materiales de campo para la exploración geológica.

Como equipo, recibieron un premio de 2,000 soles, además de chalecos geológicos y mochilas para cada integrante. Sin embargo, lo más importante para ellos ha sido la oportunidad de representar orgullosamente a su especialidad. Álvaro explica que son diferentes los campos en los que puede trabajar un ingeniero geólogo: “La geología es multidisciplinaria. Tiene aplicaciones en la industria minera, en la geografía, en los recursos hídricos y más”.

“A veces, no somos conscientes de qué tan relevante es nuestra carrera, así como del impacto positivo que puede generar en el desarrollo de las comunidades y la economía nacional si es que logramos descubrir yacimientos. La geología ofrece un abanico de oportunidades y una de ellas es el área de exploraciones —que consiste en descubrir minas—, la cual es vital para la industria minera que aporta el 10% del PBI, representa más del 60% de las exportaciones y atrae mucha inversión privada. Descubrir una mina es una actividad de alto impacto que genera una gran cantidad de empleos”, puntualiza Edinsson convencido del potencial de su especialidad.

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