Habla Libre

22/10/2018

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El Ing. Bruno Villegas, licenciado en la especialidad de Ingeniería Mecánica PUCP,  líder de la organización Habla Libre nos comenta sobre la formación de este grupo de ayuda para las personas con tartamudez. El Ing. Villegas es integrante del Grupo de Investigación en Robótica Aplicada y Biomecánica.

Cada 22 de octubre, desde 1998, se celebra el Día Internacional del Conocimiento de la Tartamudez, fecha que tiene como objetivo concientizar y sensibilizar a la población sobre esta condición. En el marco de esta celebración, entrevistamos a Bruno Villegas, egresado PUCP de la especialidad de Ingeniería Mecánica y líder de la organización de apoyo mutuo para personas con tartamudez Habla Libre, para conocer más sobre la tartamudez, su experiencia con la misma y sobre esta asociación que viene dirigiendo desde hace dos años.

Bruno es una de los 70 millones de personas a nivel global que tartamudean. Por esta razón, confiesa que nunca se imaginó capaz de desempeñarse en un trabajo como el que tiene desde 2016: la pre-docencia. Al respecto, nos comenta: “Yo pensaba que con mi forma de hablar no podría enseñar, pero con la actitud correcta y la seguridad en lo que se dice, uno deja de ver esto como un problema”. Así, fue justamente a partir de su inicio como pre-docente que empezó a interesarse en la educación, carrera que se encuentra estudiando actualmente, también en la PUCP, como segunda especialidad. Al hablar de ello, Bruno nos comenta que su área de especialización es la de Educación para el Desarrollo y señala que gran parte de su compromiso con esta disciplina se debe a la falta de conocimiento sobre la tartamudez en los salones de clase. “Los maestros no tienen mucha información al respecto, entonces, no saben cómo tocar el tema en el aula” explica, advirtiendo que “por este desconocimiento, a veces pueden hacer o decir cosas que hacen difícil la experiencia escolar de las personas con tartamudez”. Y Bruno sabe lo complicado que puede llegar a ser el tartamudear.
“Sin duda, la tartamudez es complicada” nos recalca, e indica que, en gran parte, el impacto negativo del tartamudeo se debe tanto a la falta de información sobre el tema como a la información equivocada o anticuada que se recibe sobre el mismo. Así, nos comenta que en su experiencia personal estuvieron presentes dos mitos que se mantienen vigentes en la actualidad; por un lado, se encontraba la creencia de que su condición podía deberse a nervios. “Uno piensa: «seguro es porque tengo nervios, entonces, tengo que vencer estas inseguridades para hablar bien» y eso genera mucha frustración” afirma. Por otro lado, nos cuenta que, también, solía creer que su tartamudeo iba a desaparecer eventualmente: “yo pensaba que mi tartamudez era algo que se iba a ir, y que en algún momento iba a empezar a hablar «bien», pero me acompañó hasta aquí, hasta la universidad”.

En abril de 2016, Bruno ofreció una charla en la PUCP que tenía como objetivo concientizar a la comunidad universitaria sobre la tartamudez. Gracias a ella, tuvo la oportunidad de conocer a más personas con su misma condición, y no dudó en establecer contacto con ellas. “Lo que me ayudó fue saber que no estaba solo, y que la tartamudez no tiene por qué ser una limitación para llegar a ser lo que se desea” nos comenta respecto al primer contacto que tuvo con sus nuevos compañeros. Tras ver lo positivo que resultó para él compartir sus experiencias con gente que había pasado por situaciones similares, Bruno tuvo la idea de crear un grupo de apoyo en el que personas con tartamudez puedan reunirse a conversar sobre el tema. “¿Por qué no empezar a enfrentar la tartamudez y aprender manejarla desde una comunidad?” fue la pregunta que dio origen a Habla Libre, en julio de 2016.

Las reuniones de Habla Libre fueron creadas con el objetivo de fomentar espacios en los que las personas con tartamudez se sientan libres de expresarse, cuenten experiencias tanto positivas como difíciles, y, sobre todo, se den cuenta de que no están solas. “Somos muchas las personas que tartamudeamos día a día, y estos tartamudeos no nos impiden tener una vida tranquila y feliz” resalta, y añade que en estos espacios “se pierde la vergüenza y el miedo de empezar a tartamudear, porque entendemos que tenemos todo el derecho de expresar lo que deseemos”.

Aprovechando el escenario del Día Internacional del Conocimiento de la Tartamudez, Bruno tiene algunos consejos que ofrecer para promover una comunicación cómoda y respetuosa con personas con tartamudez. En primer lugar, nos pide no completar las palabras o frases con las que puede estar teniendo dificultades el hablante. “Una persona con tartamudez sabe muy bien lo que quiere decir, solo que necesita un poco más de tiempo para hacerlo” afirma, y menciona que, en este sentido, “no es necesario completar sus ideas, solo debemos esperar a que siga hablando. Se tomará un poco más de tiempo, pero lo va a hacer”. Por otro lado, nos recomienda no evitar el contacto visual: “a veces las personas se incomodan y miran hacia otro lado; eso tampoco es necesario. Solo mantengan la conversación, que pude no ser tan fluida, pero igual es parte de nuestra comunicación”. Finalmente, nos pide poner el foco de atención en lo que se quiere decir, más que en cómo se dice. “Todos tenemos derecho a ser escuchados” nos recuerda.