Cuando Cindy Pariachi habla sobre Química, lo hace con una energía contagiosa que nace del profundo amor por su carrera. La estudiante de décimo ciclo en la PUCP, está próxima a egresar, y no solo destaca por su alto desempeño académico, sino también por su compromiso con la divulgación científica desde un enfoque social.
Cindy fue una de las creadoras del proyecto PUCP Discovery Science, una iniciativa que promueve la vocación por las carreras STEM en estudiantes de secundaria de distintas provincias del Perú, fuera de Lima. A través de actividades lúdicas y participativas, logran despertar la curiosidad y demostrar que el conocimiento puede ser cercano, creativo y divertido.
Ingresar a la PUCP para estudiar Química fue una decisión firme, aunque no exenta de retos. “Mi obstáculo inicial fue elegir esta carrera en contra de mis padres”, recuerda. Y aunque su camino estuvo lleno de retos académicos, personales y emocionales, tuvo en su perseverancia una de sus mayores fortalezas. “Tuve muchos bajones, como todos, pero siempre me dije: ‘la próxima vez me va a ir mejor’. Me adapté a contextos difíciles, incluso durante la pandemia, y seguí”, cuenta.
Esa perseverancia también la llevó a buscar oportunidades desde los primeros ciclos: hizo una pasantía en un laboratorio de investigación Q214 – GICA PUCP cuando apenas estaba en tercer ciclo. “Vengo de un colegio nacional donde el laboratorio era solo decorativo, así que sabía que tenía que aprender desde cero. Busqué un laboratorio donde complementar mis conocimientos”, recuerda. En ese espacio no solo ganó experiencia, también conoció a quienes serían sus primeros mentores y compañeras de ruta en la divulgación científica.
Cindy tiene claro que quiere dedicarse a la investigación. La redacción de su tesis de pregrado le ha permitido comprender aún más cómo la Química puede contribuir a explicar el mundo que nos rodea. “Tuve la oportunidad de trabajar con conservadoras del Museo de Arqueología Josefina Ramos de Cox. Mi tarea fue identificar y examinar las sustancias corrosivas que están deteriorando una pieza arqueológica. El objetivo es establecer una correlación entre las características físicas de sustancias corrosivas y su identidad química para proveer al personal del museo una base para implementar estrategias de conservación mediante la inspección visual”, cuenta.
Destaca lo privilegiada que se siente de aprender en uno de los pocos espacios que permiten realizar la investigación de piezas arqueológicas desde una etapa temprana.
A la par de su interés por la investigación, Cindy no quiere dejar de lado su labor en divulgación científica. “He aprendido mucho haciendo Discovery Science, no solo sobre Química, sino también sobre personas, comunidades y sobre cómo transmitir el conocimiento con sentido social. Eso no quiero perderlo nunca”, afirma.
Otra de sus metas es la docencia. En sus últimos ciclos de pregrado, se ha aproximado a ese camino como instructora en cursos de su especialidad. “Lo que más disfruto es ver a los chicos entusiasmados por la Química. Me gusta que la vean como algo interesante y útil”, comenta. Es consciente del impacto que puede tener su rol, como lo tuvo aquel profesor de la academia preuniversitaria que la inspiró a seguir esta carrera. “Marcó un antes y un después en mí por la emoción con la que dictaba sus clases”, recuerda.
Cindy también reflexiona sobre los desafíos de género en el área de ciencias. Para ella, la presencia de más mujeres en las aulas, los laboratorios o liderando proyectos ya es, en sí misma, una forma de romper barreras. “Mis profesoras han sido referentes, modelos a seguir. Y ahora hay más espacios, más redes de apoyo, más recursos. Las próximas generaciones van a salir más fortalecidas, más empoderadas”, afirma.
Con esa esperanza en mente, deja un mensaje para las futuras estudiantes de su especialidad: “La Química es compleja, retadora y a veces intimidante. Pero si ya estás aquí, es porque puedes. No dudes de tu potencial”.