El 22 de abril se conmemora a nivel mundial el Día de la Tierra; sin embargo, este no ha de ser destacado una mera fecha para marcar en el calendario, sino como un hito del esfuerzo constante que debe realizarse para crear atención y reacción sobre las circunstancias medioambientales en las cuales se encuentra la sociedad global.
Cada año que transcurre es una reafirmación de un mensaje que apunta a establecer políticas y acciones continuas para la preservación ecológica del lugar y el mundo en que vivimos. Reflexionar sobre esta necesidad de obrar ha de ser un acto de todos los días, un esfuerzo consciente y entendido que permita llevar nuestra vida diaria a un estado de respeto y conservación de la Tierra.
Bajo este espíritu, la Pontificia Universidad Católica del Perú pone en práctica principios de ahorro de energía, reciclaje y uso sostenible de recursos. Para empezar, los actos diarios, aunque simples, buscan crear el hábito de generar solucionar: la vida cotidiana en el campus alienta a todos sus miembros a dosificar adecuadamente el uso de energía eléctrica, separar los desechos y movilizarse en medios alternativos y limpios. Asimismo, los proyectos a gran escala que se dan en el avance tecnológico de la universidad están enfocados a respetar las políticas medioambientales y, en muchos aspectos, a crear tecnologías que sirvan de soporta al desarrollo sostenible en el sector rural y urbano.
En este aspecto de trabajo tanto dentro y fuera de la Universidad, la labor realizada por el proyecto Clima de Cambios y el Grupo de Apoyo al Sector Rural son ejemplos de acciones a favor de la protección cotidiana del medioambiente y los proyectos de desarrollo sostenible, respectivamente. En los últimos cinco años, el Grupo de Apoyo al Sector Rural – conformado por 12 personas entre investigadores, practicantes y personal administrativo – ha beneficiado a más de 3000 familias a través de distintos proyectos de mejora en el uso de energía y de recursos naturales. Existen, gracias a este esfuerzo, 32 ruedas hidráulicas en Cusco y Huancavelica, las cuales dan un giro ecológico a la manera en la cual las distintas comunidades en el sector rural de nuestro país manejan sus fuentes de energía. El Grupo presenta alrededor de 10 proyectos al año que apuntan a crear cambios positivos y realizables en distintos ámbitos en áreas rurales de nuestro país. Esta labor, al ser una actitud de progreso, ha sido reconocida con distintos premios, de los cuales el último es el Energy Globe en favor del proyecto Casa Caliente y Limpia para los Andes del Perú, otorgado en el 2012como reconocimiento mundial en sostenibilidad. Por su lado, Clima de Cambios, a la vez que mantiene una campaña de educación en prácticas ecológicas en el campus, lleva una labor ininterrumpida como ente canalizador de las distintas investigaciones y centros de apoyo en temas medioambientales. De la mano de distintas entidades de nuestra casa de estudios como la Dirección Académica de Responsabilidad Social (DARS), el Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) y el mismo Grupo de Apoyo al Sector Rural (GRUPO), el proyecto Clima de Cambios es un nexo que familiariza la vida cotidiana con la gran red de trabajo institucional en favor del medio ambiente. Respecto de esto, su labor entregada a visibilizar el problema medioambiental se inscribe en el plan estratégico de la Universidad como un pilar de cara al futuro.
En este día, la Facultad de Ciencias e Ingeniería, cuyo plan estratégico contempla en sus pilares éticos y profesionales la búsqueda del desarrollo sostenible, reafirma su apoyo a estos esfuerzos de conservación del medioambiente, tanto desde el accionar de cada uno de sus miembros hasta el planeamiento sus más grandes obras. La conservación de la Tierra, tanto en el día de conmemoración como en todos los demás, es una tarea fundamental que demanda el compromiso de todos como seres humanos, racionales y libres de hacer un bien por nuestro entorno.