Nuestros estudiantes de Ingeniería Biomédica Dhiago Llanos y Salet García, gracias al semillero de FABCORE, buscan replicar estructuras similares a los vasos sanguíneos en un avance de la ingeniería de tejidos en nuestro país.
Todo comenzó casi por coincidencia, durante una búsqueda casual de nuevas convocatorias u oportunidades académicas por redes sociales. Así fue como Dhiago Llanos y Salet García descubrieron el semillero de FABCORE, iniciativa de Core Facilities PUCP, que promueve la investigación estudiantil en manufactura y prototipado.
Tras una fase preliminar entre todo el semillero dedicada a construir un robot escalador, empezaron su investigación: la bioimpresión coaxial, una técnica avanzada que permite fabricar estructuras tubulares parecidas a los vasos sanguíneos del cuerpo humano.
“Hemos interactuado con una bioimpresora en el Laboratorio de Imágenes Médicas, pero nunca habíamos visto la técnica de bioimpresión coaxial en acción. Queríamos experimentar, probar, equivocarnos, aprender”, explica Dhiago.
Esa decisión los llevó a un proceso intenso de búsqueda bibliográfica, diseño, calibración y pruebas. Dhiago y Salet se convirtieron en un pequeño equipo de investigación, con tareas complementarias y una meta común: construir un sistema funcional con recursos locales.
La bioimpresión coaxial, explica Salet, parte de la impresión 3D, pero reemplaza los filamentos de plástico por biomateriales compatibles con el cuerpo humano, como alginato o colágeno. “Se imprime un material dentro de otro, y el material del centro luego se retira, dejando un canal hueco para imitar estructuras como arterias o venas”, agrega.
Mientras ella se encargaba del modelado, el escalado de piezas y la iteración constante, Dhiago asumió la calibración de la bioimpresora y la regulación de parámetros como flujo y velocidad. “Fue un trabajo continuo y de mucha paciencia”, confiesa. “Aprendimos que los errores son parte del proceso; cada ajuste nos acercaba a un resultado óptimo”.
El equipo integró, además, la impresión MSLA, una técnica con resina que permite mayor resolución, para fabricar boquillas que permita utilizar agujas comerciales. Este avance es clave: les permite adaptar la bioimpresora a distintos materiales y aplicaciones. “La combinación entre precisión mecánica y biocompatibilidad es lo que hace posible que la bioimpresión se acerque a nuestra anatomía”, añade Dhiago.
Más allá de la innovación técnica, ambos estudiantes coinciden en el valor de la innovación en el Perú: “Tal vez suene todavía muy futurista, pero la investigación científica se está desarrollando cada vez más rápido en nuestro país. Y, particularmente, en el área de ingeniería de los tejidos hay mucho por explorar aún”, precisa nuestro alumno.
Salet, por su parte, destaca el valor de espacios como FABCORE, donde —considera— ha desarrollado su faceta tanto académica como personal: “Nos dieron un espacio real para aplicar lo aprendido y descubrir lo que nos apasiona. Aprendes a manejar tiempos, frustraciones y a trabajar con otros”.
Su proyecto representa una puerta abierta a la biofabricación accesible y sostenible, donde los laboratorios locales puedan replicar, personalizar y enseñar estas técnicas. En octubre, por ejemplo, tuvieron la oportunidad de presentarse en LinkING PUCP, evento público que proyecta a la ingeniería hacia un futuro sostenible e innovador.
“Me di cuenta de que la investigación también significa comunicación: hay que saber compartir lo que uno aprende”, reflexiona Dhiago.
Hoy, ambos miran al futuro con más claridad. Salet quiere seguir profundizando en biomateriales y tejidos; Dhiago sueña con seguir investigando y enseñar. “Me encanta la idea de transmitir lo que aprendo, incluso a quienes no son de mi carrera. Ese intercambio es lo que hace crecer a la ciencia”, pronuncia con convicción.
“La universidad es la etapa para descubrir lo que nos apasiona y adquirir nuevas habilidades”, asegura Salet. “No hay que esperar a saberlo todo para atreverse a intentar”, es el consejo final de Dhiago.
Aunque la bioimpresión coaxial no es muy conocida en nuestro país, nuestros alumnos nos enseñan que el futuro se imprime paso a paso y desde las aulas.