Además de medallas y reconocimientos, la delegación de ASME PUCP regresó con herramientas reales para transformar el país. En Arequipa, nuestros estudiantes no solo ofrecieron pósteres y prototipos: llevaron soluciones en favor de la pesca, la vivienda rural y la robótica con sentido práctico.
Una fiesta entre la comunidad ingenieril se vivió entre el 11 al 13 de agosto en la Convención Nacional de Ingeniería Mecánica (PERUMEC) en la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa, donde la delegación de estudiantes de ASME PUCP (American Society of Mechanical Engineers) vivió una experiencia que trascendió lo académico.
Aparte de conferencias, ponencias y visitas técnicas, nuestros estudiantes tuvieron la posibilidad de participar en concursos que pusieron a prueba todos sus conocimientos y destrezas adquiridas en nuestras aulas y laboratorios frente a destacados profesionales y sobresalientes alumnos de todo el país.
Así lo compartió nuestro estudiante de Ingeniería Mecánica Jhordan Vásquez Loayza, ganador del primer puesto en el concurso de Pósters de Investigación: “Fue una experiencia desafiante, motivante, pero —sobre todo— un punto de inflexión para mis intereses y aspiraciones como futuro ingeniero”.
Su proyecto, un gemelo digital con un modelo estocástico para mantenimiento predictivo del sistema RSW en embarcaciones pesqueras, promete anticipar fallas críticas hasta 30 segundos antes, una ventana que puede marcar la diferencia entre una operación segura y una pérdida económica significativa.
El póster ganador del primer lugar de Jhordan no solo demuestra rigor técnico, sino un enfoque aplicado al sector pesquero. Un enfoque de llevar soluciones prácticas para desafíos en la industria nacional que también ofrecieron nuestros estudiantes Lindsay Malaver Zelada y Fernando Miguel Aguirre Arce, quienes obtuvieron el segundo lugar.
Ambos presentaron una investigación igualmente humana y sensible: “Caracterización térmica de materiales tradicionales y naturales para aplicaciones en viviendas rurales andinas”.
Fernando describe la propuesta en términos claros: un equipo experimental de bajo costo que mide la capacidad aislante de materiales como adobe, quincha o lana de oveja. ¿Cuál es su aplicación en la vida real? Permite diseñar casas más cálidas y saludables, reducir la quema de leña y mejorar la calidad de vida en comunidades altoandinas.
El impacto de la investigación, además, trasciende su propio propósito, explica Lindsay: “La propuesta, al generar información, aporta técnica sencilla y aplicable que puede servir de base para programas de mejoramiento de viviendas, reducir problemas de salud respiratoria y fomentar la sostenibilidad energética en comunidades vulnerables”.
Adicionalmente a los pósteres, nuestros alumnos también pusieron a prueba su creatividad en el concurso de Diseño Mecánico de SolidWorks —un software CAD para modelado mecánico en 2D y 3D—, en el cual Nicolás Fernández Huapaya y Gian Franco Hancco Alcahuamán se subieron al podio con el segundo y tercer puesto respectivamente.
“Nos plantearon el desafío de reproducir en un entorno paramétrico una pieza con geometría compleja a partir de un plano mecánico”, relata Gian Franco. ¿Cómo resolvió este reto? Aunque recién se encuentra en quinto ciclo, explica que definió con precisión las relaciones geométricas para garantizar que cualquier modificación dimensional se actualizara automáticamente.
En paralelo, Gian Franco compitió en el concurso ROBOCON, donde los participantes expusieron los prototipos Otto Race —modelo robótico educativo para superar desafíos y carreras de obstáculos— y Bug Race —carrera de robots insecto autónomos—, demostrando que la creatividad y la velocidad pueden convivir con la precisión técnica.
Esta experiencia también la vivieron Fabrizio Andia Rojas, Piero Minaya Vitor y Margaret Cairampoma. “Para nosotros, fue una inmersión directa en los desafíos y soluciones que marcan el futuro de la minería y la energía en el país”, comparte Gian Franco.
A lo largo del evento, no solo brilló la precisión técnica: también la vocación de servicio. “Más allá de lo académico, representó una oportunidad para ampliar mi visión sobre lo que implica ser ingeniero en el Perú: un profesional capaz de proponer soluciones a los desafíos sociales, energéticos y ambientales de nuestro tiempo”, expresa Lindsay.
PERUMEC 2025 fue, en suma, un laboratorio a escala real donde las ideas se midieron en impacto y factibilidad. Una experiencia extracurricular que nuestra delegación alienta a toda la comunidad a vivir, ya sea de índole académica, deportiva o recreativa:
“Invito a todos los estudiantes a involucrarse de manera proactiva en las diferentes actividades que desarrollan los grupos y las asociaciones estudiantiles, pues este es el mejor camino para lograr una formación integral”, asegura Jhordan.
La PUCP volvió a Lima con premios y aprendizaje, pero también con estudiantes ansiosos por convertir prototipos en soluciones replicables. “Esta experiencia nos exigió pensar no solo como ingenieros, sino también como ciudadanos comprometidos con la sostenibilidad y la innovación al servicio del país”, concluye Fernando.
Si hay una lección especial de PERUMEC es que la ingeniería que necesitamos como país es la que resuelve, conecta y transforma realidades. Y nuestros alumnos demostraron estar, aún desde las aulas, preparados para esta misión.