De destacar en las olimpiadas escolares nacionales a ser escogida por la Unión Europea para estudiar su maestría, nuestra ingeniería mecatrónica busca seguir innovando en la fotónica a través del procesamiento de imágenes con aplicaciones médicas y ambientales.
Desde su etapa escolar en su natal Puno, Melany Soto Carrión siempre tuvo un objetivo claro: estudiar ingeniería en la PUCP. Su pasión por las matemáticas y su deseo de apuntar a una universidad TOP a nivel nacional la motivaron a emprender sin miedo esta nueva etapa en una ciudad totalmente distinta y alejada de su familia.
Ingresó como primer puesto en la modalidad Ingreso por Tercio Superior (ITS) a Ingeniería de las Telecomunicaciones, pero una feria vocacional al interior del campus le permitió conocer el mundo de la mecatrónica: un espacio donde la automatización y la robótica se acercaban a su sueño de aplicar la tecnología al servicio de la sociedad.
Melany confiesa que su adaptación a Lima y a la universidad fueron sencillas, gracias a las facilidades que halló en la PUCP: “Las oportunidades siempre estaban visibles: deportes, bibliotecas, actividades culturales, amigos. Todo ayudó a que me acostumbre a vivir sola y aprovechar la universidad”, recuerda.
Académicamente, Melany destaca la trascendencia de cada uno de sus cursos, pero resalta el valor agregado de los electivos de letras para los estudiantes de ingeniería: “Nos da más profundidad para no solo ver los problemas desde el plano de la ingeniería, sino cómo también afecta eso socialmente”.
Pero entre tantos proyectos y trabajos de impacto, Melany atesora como una experiencia decisiva su intercambio en Polonia mediante la beca de la Dirección Académica de Relaciones Institucionales (DARI) de la PUCP. Allí no solo exploró un nuevo mundo cultural y académico: también conoció a estudiantes beneficiados por la Beca Erasmus de la Unión Europea. Ese viaje sembró la meta que hoy empieza a cumplir.
Tras graduarse, Melany se incorporó a proyectos de investigación y desarrollo vinculados al Internet de las cosas y a sistemas de iluminación innovadores. Su trabajo en AGP Perú, empresa especializada en vidrios de lujo para automotrices como Tesla o Cadillac, le permitió explorar la integración de fuentes de luz en vidrio para fines estéticos y tecnológicos.
Ese esfuerzo se tradujo en dos patentes internacionales: diseños novedosos de sistemas de luz embebidas en vidrio automotriz. “Fue una experiencia única porque, además de trabajar con equipos globales, logré aportar al desarrollo tecnológico desde el Perú”, comenta.
Con esa sólida base académica y práctica, supo que contaba con la experiencia para cumplir aquella meta que se trazó en pregrado: postular a una maestría con la reconocida Beca Erasmus Mundus, donde encontraría un programa adaptado a su perfil: Intelligent Photonics for Security Reliability Sustainability and Safety. Ingresó en el segundo puesto.
El programa combina fotónica —el estudio y aplicación de la luz— con inteligencia artificial, abriendo un campo con usos tan diversos como la biometría, la medicina y el monitoreo ambiental. “La luz nos permite analizar sin invadir: desde diagnosticar cáncer de piel hasta evaluar en tiempo real la calidad del agua en un río. Es una herramienta poderosa para entender mejor nuestro entorno”, explica.
La maestría llevará a Melany a universidades en Francia y Finlandia, con la posibilidad de realizar sus prácticas en distintos países del mundo, gracias a las relaciones institucionales de la Unión Europea con diferentes universidades, instituciones y empresas. Su objetivo, afirma, es especializarse en aplicaciones médicas y ambientales, convencida de que la innovación tecnológica debe responder a desafíos humanos urgentes.
Repasando su trayectoria, Melany mira al pasado y envía un mensaje a la comunidad PUCP que aspira a trascender fronteras: confiar en la formación recibida. “La exigencia y profundidad de los cursos nos preparan para cualquier posgrado en el mundo. Tenemos las herramientas, solo necesitan buscar y aprovechar las oportunidades”, asegura.
Además, como mujer en un área históricamente dominada por hombres, nuestra egresada destaca el reconocimiento y el respeto que siempre halló en la PUCP, donde también tuvo como directora de carrera a la profesora Ericka Madrid: “Es clave dar mayor visibilidad a las mujeres que ya estamos en estos campos, porque ver referentes nos inspira a soñar y atrevernos más”, resalta.
Melany representa a una generación que entiende que la ingeniería va más allá de la técnica: es un puente entre la ciencia y la vida. Su determinación, su voz y su ejemplo demuestran que, desde cualquier rincón del Perú, se puede alcanzar un impacto global.