Conoce al robot barista, una nueva forma de preparar café mediante la ingeniería PUCP

07/08/2025

En menos de dos meses, nuestros alumnos Snayder Segura y Joaquín Pozo han desarrollado un prototipo funcional que automatiza la preparación de café por goteo. El robot barista, impulsado por Fabricum PUCP y FabCore, demuestra que en nuestra universidad, la innovación comienza en las aulas.

Una taza de café servida por un robot

Dos brazos robóticos se mueven con precisión en una rutina cuidadosamente programada. Uno sujeta el hervidor, el otro vierte el café molido sobre el filtro. El agua caliente cae en espiral para iniciar la extracción y, en menos de cuatro minutos, tienes tu bebida lista.

Esta escena no ocurre en una cafetería futurista, sino en las instalaciones de Core Facilities PUCP, donde dos estudiantes de Ingeniería Mecatrónica han dado vida a un innovador proyecto: el robot barista.

Snayder Segura y Joaquín Pozo, alumnos de Ingeniería Mecatrónica, son los responsables del desarrollo técnico de este prototipo, que busca automatizar el proceso de preparación del café por goteo. Con el respaldo de Fabricum PUCP y FabCore, en apenas mes y medio han desarrollado una experiencia robótica funcional y transformadora.

De un cóctel al café: el origen

La idea nació luego del éxito de un prototipo anterior un robot bartender desarrollado por Fabricum PUCP en 2023, que automatizaba la preparación de cócteles. Inspirados por ese proyecto y por el entusiasmo del actual director de Fabricum, el Dr. Carlos Fosca, surgió la propuesta de replicar la experiencia con una bebida más cotidiana: el café.

A través de la alianza con FabCore, se abrió la convocatoria para que estudiantes lideraran el desarrollo. “Teníamos poco tiempo, pero sabíamos que el conocimiento y el respaldo estaban dentro de la universidad”, recuerda el profesor Diego Quiroz de FabCore.

Fue entonces cuando Snayder y Joaquín, con experiencia previa en brazos robóticos, asumieron contra el reloj el reto.

Desafíos técnicos y colaboración real

Con un enfoque práctico y visión compartida, nuestros estudiantes se dividieron las responsabilidades para agilizar su misión. Snayder se centró en el diseño mecánico y electrónico, desarrollando grippers adaptados a los elementos del sistema, como el hervidor y el molinillo. Joaquín, por su parte, programó los movimientos de los brazos para lograr un vertido helicoidal del agua, clave en el método por goteo.

Ambos investigaron previamente sobre las proporciones, tiempos y variaciones propias del café, pues no basta con mover piezas: el sabor también está en juego. La integración de una cámara para medir el gramaje del café les permitió asegurar precisión y control, lo que garantiza una taza de calidad estandarizada.

“El reto no era solo técnico, sino de integración de sistemas y de conocimiento”, explica Joaquín. A través de esta experiencia, aprendieron a combinar lógica, diseño e intuición en un proyecto concreto.

Complementar, no reemplazar, al barista

Uno de los principios del proyecto es no sustituir al barista, sino liberarlo de tareas operativas para que pueda enfocarse en la creación de nuevas mezclas, texturas y experiencias. “Una preparación de café por goteo puede tomar hasta siete minutos. Si el robot puede encargarse de esa parte repetitiva, el barista tiene más espacio para innovar”, señala Michel Sigüenza, coordinador de Fabricum.

Así, el robot barista se plantea como una herramienta aliada, capaz de ofrecer consistencia y calidad en la preparación, sin perder el valor humano de la experiencia cafetera. La automatización no está en contra del arte del café, sino que puede potenciarlo, estandarizando lo operacional y dejando margen a la creatividad.

Tecnología hecha para el mundo real

Aunque el robot barista es aún un prototipo, ya se piensa en su futuro fuera del campus. La visión a mediano plazo contempla su presencia en espacios públicos, como centros comerciales, donde las personas puedan experimentar en vivo la preparación de su café por una máquina programada por tecnología desarrollada en la PUCP.

La siguiente fase incluye mejoras como interfaces más amigables, integración de pagos electrónicos, visión por computadora e inteligencia artificial para optimizar aún más el servicio. El proyecto pretende posicionarse como una solución real y replicable. “Este prototipo es la base para algo mucho más grande”, concluye Michel.

Aprendizaje más allá del aula

Tanto Snayder como Joaquín coinciden en que este proyecto ha sido una oportunidad para crecer no solo como ingenieros, sino como profesionales innovadores. “Pude aplicar todo lo que sabía en teoría, y ver cómo funciona de manera práctica y conjunta”, comentan.

Ambos invitan a sus compañeros a salir de la zona de confort académica y buscar proyectos que los desafíen. “Cuando te enfrentas a un problema real, tu visión cambia. Te das cuenta de todo lo que puedes aportar si te atreves a intentarlo”, añade Joaquín.

Espacios que impulsan la innovación

Tanto Fabricum como FabCore son pilares de este tipo de experiencias formativas. A través del equipamiento, las asesorías y un ecosistema colaborativo, ofrecen a los estudiantes la oportunidad de explorar ideas, probarlas, equivocarse y mejorarlas. No se trata solo de tener recursos, sino de construir comunidad entre distintas disciplinas y carreras.

Desde estas plataformas, no solo se impulsan iniciativas estudiantiles, sino que también se busca generar publicaciones, patentes y vínculos con empresas e instituciones del país. “Ya ha sucedido con el robot bartender. Esperamos que el barista también marque una ruta hacia el desarrollo tecnológico aplicado desde la universidad”, comenta Michel.

Romper límites, crear futuro

Lo que comenzó como una idea entre laboratorios, hoy se proyecta como una innovación que puede cambiar nuestra experiencia culinaria diaria. En nuestra universidad, proyectos como el robot barista son el reflejo de una comunidad unida de estudiantes, docentes e investigadores que transforma desafíos en oportunidades.

Desde el aula hasta el laboratorio, los futuros ingenieros e ingenieras de la PUCP están construyendo tecnología útil para el país, con propósito, pasión y visión de futuro.