El camino de Daniel Menacho, egresado de Ingeniería Mecatrónica PUCP, es testimonio de perseverancia, pasión por el conocimiento y convicción en la investigación como camino profesional. Recientemente, Daniel fue admitido en dos programas de maestría en la Universidad de Michigan, una de las instituciones más prestigiosas a nivel global: Ciencias de la Computación y Robótica.
Daniel confiesa que este es su segundo intento de postulación, y que el proceso no fue fácil. “Una cosa es cambiarte dentro del mismo campo, pero pasarte de mecatrónica a ciencias de la computación en una universidad tan competitiva es muy complicado”, cuenta
Para prepararse, Daniel estudió por meses algoritmia, programación y fundamentos matemáticos por su cuenta, motivado por un interés profundo: entender qué hay detrás de la inteligencia artificial, más allá del uso superficial.
“Mi objetivo es investigar los fundamentos matemáticos y probabilísticos detrás de la IA. No solo usarla, sino poder modificarla, entenderla, mejorarla”, explica.
Durante su etapa en la PUCP, Daniel se formó en el Grupo de Robótica junto al profesor Diego Arce, participando en proyectos como el desarrollo de detectores de rostro y emociones. “Fue en esos proyectos donde me di cuenta de que esto era lo mío. En ese momento, la IA no era tan accesible para nuestra carrera, pero nos las ingeniamos para explorarla”, recuerda.
Este interés lo llevó a conseguir oportunidades de investigación en laboratorios de Holanda y Oxford, gracias a programas como REPU. “Publicar papers desde pregrado fue clave para construir mi perfil. No fue fácil, pero insistiendo se abren puertas”, afirma.
Daniel apunta a especializarse en conformal prediction, un enfoque que busca cuantificar el grado de certeza de los modelos de IA. “Hoy la IA funciona bien, pero es una caja negra. No puedes tomar decisiones críticas en salud o finanzas sin entender qué tan confiables son sus resultados”, explica.
Más allá del éxito académico, Daniel tiene claro su propósito: volver al Perú y ser profesor. “Mis padres son docentes universitarios. Siempre supe que quería seguir ese camino. Me gusta enseñar, investigar y compartir lo aprendido”, dice. Desde que egresó ha sido jefe de práctica en cursos como Robótica, Inteligencia Artificial y Metodología del Diseño Mecatrónico.
“Uno no necesita cambiar el mundo, basta con encender la chispa en tres o cuatro estudiantes. Eso ya hace una diferencia”, señala con firmeza.
Finalmente, deja un mensaje directo para los estudiantes de ingeniería PUCP que sueñan con estudiar en el extranjero o seguir el camino de la academia:
“No tengan miedo a perder. Yo postulé muchas veces antes de conseguir algo. El mérito no siempre está en el primer puesto, sino en la constancia. No pierdes nada enviando un correo, preguntando, intentándolo. Si te apasiona la investigación, hay otro camino más allá de la empresa. Y ese camino también vale la pena.”