El color y el sabor: redescubriendo la autenticidad en la gastronomía

25/02/2025

La sobreexposición a productos ultraprocesados ha generado una desconexión con los ingredientes en su estado natural y con la manera en que percibimos sus sabores y colores, lo que es un desafío para la salud, el bienestar y la revalorización de la gastronomía auténtica.

La distorsión del paladar: ¿hemos olvidado los sabores reales?

Según la docente de la Facultad de Gastronomía, Hotelería y Turismo PUCP, Teté Ballón, “nuestro paladar se ha acostumbrado a colores artificialmente intensos y sabores extremadamente potenciados, lo que ha distorsionado la percepción de lo que realmente deberíamos esperar de los alimentos naturales”. Recuperar la capacidad de disfrutar los colores y sabores originales de los ingredientes es un paso esencial hacia una alimentación más consciente.

Los colores no solo cumplen una función estética, sino que indican frescura y calidad. Sin embargo, es común encontrar productos con colorantes sintéticos que buscan atraer la atención del consumidor. “El problema es que estos colores alteran nuestras expectativas y pueden hacer que los alimentos naturales nos parezcan menos apetecibles”, señala Ballón.

Para revertir esta tendencia, es clave fomentar una mejor relación con los alimentos desde la infancia, promoviendo el consumo de frutas, verduras y otros alimentos en su forma más pura. “Si desde pequeños nos acostumbramos a identificar y apreciar los colores y sabores naturales, seremos adultos con una relación más sana con la comida”, agrega la docente.

El camino hacia un consumo consciente: los colorantes naturales

La gastronomía también juega un papel fundamental. Cocineros y productores han comenzado a reivindicar el uso de ingredientes locales y técnicas tradicionales del Perú que resaltan las cualidades naturales de los alimentos. Esto ha conllevado al uso de productos como:

 

Si bien existen dificultades al utilizar estos colorantes en la industria alimentaria (por el tipo de conservación, estabilidad del color, entre otros) según Ballón, esta práctica es viable y puede iniciar en los productos de consumo inmediato, en restaurantes, cafeterías, etc. “El verdadero reto es cambiar la mentalidad de los consumidores y ayudarles a entender que el color está relacionado al sabor, a los nutrientes y finalmente a la salud. Hay que ser cuidadosos, la perfección en apariencia no siempre es lo mejor”, sostiene.

Redescubrir los colores y sabores reales es una invitación a reconectar con la comida y con nuestras agriculturas de una manera más auténtica y saludable. Esto puede marcar la diferencia en la manera en que experimentamos la gastronomía con un impacto importante en nuestro bienestar.