La actual responsable de proyectos de tejidos y cultivo celular en la empresa donde labora, nos narra su inspiradora historia y nos deja una enseñanza de esfuerzo y dedicación en el mundo STEM.
Joaquina cuenta que pensó en estudiar medicina, sin embargo, consideraba que no tenía la vocación suficiente para dedicarse únicamente a ello el resto de su vida. Al no encontrar su carrera ideal, optó por viajar a Estados Unidos para estudiar Administración de Empresas en New York University (NYU), pensando que tal vez esa sería la decisión correcta, aunque, finalmente, el tiempo la llevaría a lo que siempre anheló.
La joven tenía pensado retornar a Perú, pues se había dado cuenta de que ese no era el camino que quería para ella. Cuando se encontraba fuera del país, un día leyó el periódico y descubrió una noticia que haría que cambie su rumbo: “La Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad Peruana Cayetano Heredia se unen para inaugurar la especialidad de Ingeniería Biomédica”. Era el momento perfecto, había encontrado la profesión de sus sueños.
Así, Joaquina formó parte de la primera promoción de Ingeniería Biomédica PUCP-UPCH, carrera sumamente prometedora en un futuro no tan lejano, que inició sus actividades académicas en 2017. Desde el principio, estuvo interesada en el área de Tejidos y Biomateriales. “Si bien sabía que era difícil adentrarse en esa área porque no se encontraba tan desarrollada en Perú, nunca me dejé desmotivar, pues con determinación, nada sería imposible”, manifiesta con firmeza una de las estudiantes pioneras en la carrera.
Dentro de la universidad, buscó forjar su propio camino de oportunidades. En su último año de carrera, cuando llevaba el curso de Ingeniería de Tejidos, se enteró de que su profesor, quien había estudiado formas de crear injertos de piel, se encontraba laborando en una empresa relacionada a ello. “Me esforcé, busqué aprender de él y me arriesgué a postular como practicante, cuyo puesto logré alcanzar”, comenta la actual profesional.
“Como mujer, en ocasiones me he sentido intimidada durante mi formación frente a la predominancia de hombres. No obstante, encontraba inspiración en la inteligencia de mis compañeras con las que alguna vez compartí aulas, así como en mis maestras tal como la Dra. Fanny Casado”, relata Joaquina, quien dice que ha sido difícil, pero que poco a poco ha visto cómo es que se han generado mayores espacios de visibilidad en el mundo STEM.
Durante su etapa universitaria, participó en el desarrollo del COVOX, el primer concentrador de oxígeno desarrollado en el Perú. Siendo estudiante, ha trabajado como auxiliar de investigación. Además, junto a su equipo, concursó en el programa de televisión La Gran idea con un proyecto que permitía el tratamiento de la epicondilitis, quedando en segundo lugar.
También, Joaquina no solo es la primera mujer titulada en su especialidad de Ingeniería Biomédica PUCP- UPCH, sino que se destaca por ser sumamente versátil. Junto a su hermana, en 2019, fundó un emprendimiento llamado Pangea, en el que vendía ropa sostenible hecha a base de algodón orgánico. A partir de esta experiencia, aprendió cómo impulsar un objetivo desde la idea hasta volverlo realidad, además de la fuerza de voluntad que ello conlleva. Ella dejó el negocio, pero fue una etapa que la nutrió en habilidades blandas.
En su etapa laboral como ingeniera, empezó como Coordinadora de Proyectos Especiales, debido a que la empresa estaba buscando postular a diferentes fondos del Estado para generar investigación. Una vez que lo consiguieron, la promovieron a Responsable de Ingeniería de Tejidos y Cultivo Celular, en la que ha aprendido que la paciencia también es fundamental en los procesos de investigación.
La actual ingeniera declara que es enriquecedor mantener contacto no solo con el proceso de experimentación para alcanzar un objetivo, sino también con los médicos, lo que permite otorgarle un rostro más humano a las funciones que realizan. Destaca que la multidisciplinariedad en un equipo es importante cuando se buscan lograr grandes metas.
Tras un año de proceso de postulación, obtuvieron el financiamiento para el proyecto denominado “”Producción de Secretoma Terapéutico a partir del cultivo a escala de Células Madre Mesenquimales para aplicaciones clínicas dermatológicas”” por parte de ProInnóvate. Este consiste en crear manufactura de este secretoma que permita cumplir funciones generativas en lesiones de piel, tales como quemaduras. Para ello, plantean cultivar células madres in vitro, reduciendo así los riesgos de inmunidad o rechazo como cuando estas provienen de fuentes alogénicas.
Joaquina aspira a dedicarse a la investigación para propiciar aportes a la sociedad, cuenta que hoy en día se dedicará por completo al proyecto que están gestionando y que, a partir de esa experiencia, definirá qué especialización llevará en una futura maestría. “No dejen de soñar, tracen una meta y luchen por ella. No existe mejor sensación que saber que lo que estás haciendo contribuye a algo positivo. Cuando uno está determinado por algo y se esfuerza, las puertas se abren en el momento correcto”, finaliza Joaquina, quien deja un mensaje de inspiración a todas las jóvenes que desean adentrarse en las maravillas del mundo STEM.