Los estudiantes Carlos Castillo (PUCP), Gustavo Condori Castro (PUCP), Valerie Lozada (USIL) y Diego Alejandro Carmona Montoya (Universidad de Antioquia) obtuvieron el más alto puntaje en el reto: Economía circular: “Ecodiseñar y fabricar nuevos productos, incorporando recursos materiales recuperados y extendiendo su durabilidad”, el cual fue propuesto por la Escuela Internacional en Transformación Digital. (EITD). El proyecto ganador, “”Eco Hand. Let plastic be fantastic””, consiste en la realización de prótesis de manos impresas a 3D utilizando materiales reciclables.
La Escuela Internacional en Transformación Digital es una experiencia online que impulsa el intercambio cultural y de ideas entre alumnos de Colombia, Argentina y Perú de las carreras vinculadas con la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (EITD).
Carlos Castillo nos cuenta su experiencia en la Escuela Internacional en Transformación Digital y cómo se organizaron como equipo para obtener el primer lugar.
¿Cómo nació la idea para resolver este reto?
Nuestro proyecto fue la realización de prótesis de manos impresas a 3D hechas a base de materiales reciclables. La premisa era tener plásticos reciclados y nosotros crear los filamentos que servirían de material con el que la impresora 3D imprimiría esas manos, dedos o cualquier parte que vaya desde la muñeca hacia arriba.
En las primeras clases mencionamos esta nueva tecnología de la impresión 3D y, en esa época, estaba muy interesado en estos procesos, compré libros y revisaba videos considerando la idea de comprarme una impresora 3D. Les comenté este interés a mi equipo y que en México había revisado una idea similar, respecto a la impresión de prótesis en 3D, pero no tenían el enfoque ecológico. Les gustó la idea y lo conversamos con el asesor de nuestro grupo, a quien le pareció buena la propuesta pero nos recomendó evaluar cómo se organizaría el proceso de reciclaje.
Consideramos las recomendaciones y el cumplimiento de los requisitos que nos pedía el reto: crear un producto que sea innovador, que ayude a la sociedad, que utilice economía circular y que se pueda reciclar.
¿Cómo fue la dinámica de trabajo?
Desde un inicio definimos la meta de nuestro proyecto, el público al cual se dirigía, la organización de las finanzas, los ingresos, los costos y cómo íbamos a hacer para que llegue el cliente. A cada uno de los miembros del equipo se les asignó una tarea para ahondar e investigar cada aspecto del proyecto.
Yo me encargué de la viabilidad del producto: en qué país sería más adecuado lanzarlo, Perú, Colombia o Argentina, y visualizar cómo se empezaría el negocio.
Después, mi compañero Gustavo Condori, se encargó de revisar del estado de la cuestión de las impresiones 3D de prótesis en Latinoamérica, pues son muy caras y difíciles de conseguir. Asimismo, se encargó de medir el impacto que generaría nuestro proyecto en estos países.
Diego Carmona, realizó el mismo estudio que Gustavo pero en Colombia y evalúo la competencia que existe en Latinoamérica para este tipo de productos: empresas que realizan estas impresiones, venta de prótesis, precio, estrategias de venta y la calidad. Valerie Lozada se encargó de las finanzas: a cuánto lo podríamos vender, cuál es la retribución que esperamos, en qué se va a basar nuestro negocio, etc.
Ella tuvo la idea de no solo hacer prótesis, sino también vender repuestos impresos en 3D porque se puede tener una prótesis de mano hecha en 3D en cualquier lado, pero si falla alguna conexión, el costo se eleva si no se cuenta con los repuestos. Fue una idea más para el negocio y nos apoyamos en los conocimientos que cada uno tenía en su carrera.
Lograron el puntaje más alto en todos los retos
Las últimas dos semanas fueron de exposiciones. Cada uno iba haciendo su exposición, era como un shark tank, pero con tu proyecto. Los jurados, que eran de los tres países, iban evaluando.
Nosotros expusimos en el segundo día y una semana después nos entregaban los resultados. Si no me equivoco fue un empate en el primer lugar porque recuerdo que salió en primer lugar otro grupo y luego dijeron: “”es un empate”” y abajo estábamos nosotros, súper contentos. Hicimos 87 puntos si no me equivoco.
¿Qué destacaron los jueces de su proyecto?
El estudio de mercado porque sacamos resultados bastante interesantes con nuestro compañero de Colombia acerca de cómo era la impresión 3D en su país. En Perú es muy caro acceder a una prótesis. Los precios oscilan entre los 6000 o 5000 dólares. Nosotros propusimos la venta de la prótesis de mano entre 3000 o 4000 soles a lo mucho. Es un monto elevado, pero mucho más accesible a los precios en dólares. Sobre todo, con la inflación y la subida del dólar resulta mucho más accesible.
Además, nuestro proyecto tiene la característica de que, al ser con materiales reciclados, nuestro principal material para imprimir, no el único, pero sí el principal, es que las personas podrían cancelar una pequeña cuota del precio final de la prótesis con plásticos reciclados que ellos mismos propongan. “”Tú pones los propios plásticos para tu prótesis y con eso te podemos hacer un pequeño descuento””.
Además, nosotros no queríamos encargarnos de hacer solo la prótesis. Nuestro servicio se quería hacer cargo de la prótesis y de la persona a la que íbamos a ayudar con un servicio de postventa y recomendaciones para su cuidado, revisiones mensuales para comprobar cómo iba evolucionando el proyecto y asegurarnos de que la garantía y calidad que prometemos están asegurados. Ese tipo de cosas que habíamos pensado también les gustaron mucho porque la mayoría de negocios terminaban en la venta del producto. Sobre todo, en este tipo de retos, donde buscamos ayudar a la sociedad, creo que es importante no solo quedarse con la venta, sino tener en cuenta a quién le vendes.
¿Cuáles fueron los aprendizajes en la EITD?
Trabajar con un equipo interdisciplinario de distintas culturas y, sobre todo, virtualmente. Si bien llevamos dos años virtuales en la universidad, yo he tenido pocas oportunidades de trabajar en grupo, los cursos no estaban hechos así, no nos pedían trabajar en grupos, pero este sí fue un proyecto de más de un mes donde tuve la oportunidad de relacionarme con personas de distintas culturas.
Además, trabajar usando el método del Lean Canva, fue una metodología que me sorprendió, me gustó mucho y creo que todos la deberíamos aprender porque es esencial para cuando uno quisiera lanzar su propio negocio, te permite preguntarte siempre por qué lo haces, para qué lo haces, para quién lo haces y, con esa metodología, no solo lo puedes tener bien claro, sino que puedes superar tus expectativas. Por otro lado, tuvimos la oportunidad de aprender muchos temas interesantes sobre inteligencia artificial, robótica. Fue una experiencia increíble.
¿Qué mensaje le darías a tus compañeros acerca de actividades como esta?
Hay que aprovechar todas las oportunidades que se nos presentan para participar en o lo que podamos, no podemos seguir esperando siempre que va a llegar la presencialidad para poder empezar a hacer las cosas, para poner manos a la obra.
Estos dos años no puede ser tiempo perdido en cuarentena. Aprovechar que estamos jóvenes, que estamos en nuestra casa, tenemos la posibilidad de estudiar con una computadora gracias a nuestros padres y, lo mínimo que podemos hacer, es estudiar un poco más. No te quedes solo con lo que te da la universidad, que ya es muy bueno de por sí, pero siempre indaga por tu propia cuenta en lo que a ti te interesa, en lo que te llame la atención.
A mí me llamó mucho la atención los temas de la escuela internacional, he visto distintas actividades y convocatorias que estoy seguro que, a nosotros los estudiantes de ingeniería, de ingeniería mecatrónica, nos interesan mucho, cualquier cosa sobre tecnología o negocios y que no pierdan la oportunidad porque solo estamos acá una vez y quién sabe si pueda volver a haber una nueva convocatoria. No tengas miedo de intentarlo.
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