Hermanas mayores acompañan a niñas a solucionar problemas de su región

30/06/2021

Maggy Romero y Ruth Araujo fueron seleccionadas entre más de mil postulantes para acompañar a niñas de distintos departamentos del Perú a cumplir su misión de encontrar una solución a una problemática de su región mediante conocimientos STEM.

Veinte ‘Big Sisters’ alrededor de todo el país vienen guiando y asesorando a 200 niñas y adolescentes de diferentes partes del Perú con deseos de aprender y conocer más sobre la ciencia y tecnología a favor de su región. Ellas respondieron a la convocatoria del programa “200 embajadoras del Bicentenario”, iniciativa impulsada por Concytec y la Embajada de Estados Unidos con el fin de acercar a las nuevas generaciones a las carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, y contar referentes femeninos.

Agentes de cambio

Maggy Romero Arribasplata y Ruth Araujo Carhuancho siempre supieron que su destino era una carrera STEM. Más allá de sus habilidades en matemáticas y cursos de ciencias en el colegio, su mayor deseo era marcar una diferencia en la sociedad. Maggy, una de las únicas tres mujeres de su  promoción en Ingeniería de Minas PUCP, se involucró en voluntariados desde temprana edad: a los 10 años formaba parte de un programa de Unicef y en el semestre 2019-II fue seleccionada como “Mujer Roca” por la Cámara de Comercio Canadá-Perú para promover la participación femenina en la minería.

Ruth, por su parte, descubrió su profesión a través del contacto con la realidad de la región de su familia materna. Notaba que el servicio móvil no era accesible en las zonas más alejadas de Jauja. Su abuelo le contaba sobre las brechas que existían con respecto a la capital y aun dentro de las mismas localidades. Su consternación por esa desigualdad la transformó en su motivación para ser un agente de cambio. En una feria escolar aprendió sobre la Ingeniería de Telecomunicaciones, y supo que allí pertenecía. En la universidad ha sido representante estudiantil, y sigue buscando oportunidades para servir y aportar.

Niñas con un gran sueño

El programa “200 Embajadoras del Bicentenario” representa para Ruth y Maggy la oportunidad que ellas, de niñas, hubiesen soñado con tener. Esta iniciativa está dirigida a niñas y adolescentes de todas las regiones del Perú que tengan un interés o curiosidad por familiarizarse con la ciencia y tecnología, pero que, a la vez, deseen contribuir al desarrollo de su propia localidad. Concytec y la Embajada de Estados Unidos ofrecieron 200 becas que incluían seis sesiones con especialistas STEM y el acompañamiento personalizado de una ‘Big Sister’ para el desarrollo de sus tareas y proyecto final.

La misión de estas 200 embajadoras es crear una propuesta de difusión que brinde una solución basada en ciencia y tecnología para resolver un problema particular de su región. Estas propuestas están ligadas a tres de los ejes del bicentenario: sostenibilidad, igualdad de oportunidades, e identidad y diversidad. Ruth y Maggy coinciden en que este programa les permite empoderar a las niñas: saber que pueden generar un impacto aún desde temprana edad mediante las ciencias y crear, además, una hermandad en la que se comparta la misión de un país más igualitario.

Hermanas mayores

Las ‘Big Sisters’ tienen en su cargo a 10 niñas entre 10 y 13 años de diferentes regiones para dar no solo un acompañamiento y seguimiento a sus sesiones y tareas, sino también para motivar, asesorar, guiar y ser una referencia STEM femenina. Más de mil estudiantes y egresadas respondieron a la convocatoria de Concytec, donde además de llenar un formulario, debían de grabar un video de máximo un minuto en el que mandarían un mensaje personal a su yo de los 12 años.

La selección fue progresiva y a la par con la convocatoria. De todas las candidatas que respondieron al llamado de ser una hermana mayor, finalmente solo 20 terminaron siendo seleccionadas luego de una serie de dinámicas entre las postulantes. Ruth y Maggy son las únicas de la comunidad PUCP, pero también destacan por no pertenecer a una carrera orientada a las ciencias naturales como el resto de sus compañeras. Desde la Ingeniería de Minas y Telecomunicaciones, son las ‘Big Sisters’ disruptivas del programa.

Generación que ilusiona

Tanto Maggy como Ruth se sintieron motivadas a participar del programa por su deseo de empoderar a las niñas y mostrarles que no deben de sentir que existe algún límite. Ahora bien, ambas han quedado gratamente sorprendidas por el desenvolvimiento y confianza de las jóvenes a su cargo. Las niñas comparten no solo sus dudas o preguntas luego de cada sesión con los especialistas, sino también sus conclusiones y propuestas para aplicarlas en la solución a la problemática que ellas mismas vienen gradualmente desarrollando.

Las embajadoras aprenden de ciencia y tecnología, pero también necesitan conocer sobre la realidad nacional y modelos de comportamiento humano. Son niñas proactivas y comprometidas con su país. Ruth y Maggy cuentan que las menores han identificado problemas diversos por región: en la selva, el interés se centra en el tráfico fluvial, el mal asfaltado, y la contaminación; en la sierra, se han preocupado por la agricultura, los cultivos y el mantenimiento de especies; y en la costa, existe una involucramiento en la sobreexplotación del mar y la conservación de la fauna.

El proyecto final consiste en que las jóvenes realicen un material audiovisual donde las niñas se presenten, narren el problema que han identificado en su región y, finalmente, expliquen la solución que han desarrollado a lo largo del programa. Por la ley de protección de menores, la difusión no puede ser masiva, pero entre ‘Big Sisters’ se han comprometido en compartir los videos de las embajadoras a través de los hashtags: “#200EB” y “BicentenarioPerú” para visibilizar el arduo trabajo de las niñas con su red de contactos.

Ruth y Maggy cuentan con pasión y felicidad la experiencia que vienen viviendo como ‘Big Sisters’. Ambas aplauden los esfuerzos de las organizaciones por hacer que el mundo STEM sea más inclusivo con las mujeres y sostenible con el medio ambiente. Las dos ingenieras PUCP están convencidas de que todos, desde cualquier carrera en la que se desempeñen y a cualquier edad, pueden ser agentes positivos de cambio.