“”La exigencia en matemática y programación de la FCI me permitieron desarrollar habilidades analíticas que hicieron la diferencia hasta hoy””

23/05/2018

Javier Castillo Valcárcel y Edgar Jara Contreras son egresados de la especialidad de Ingeniería Informática y se encuentran en nuestra Universidad para compartir sus experiencias en el MBA de la Universidad de Michigan. Ellos se reunieron con los estudiantes de los últimos ciclos de la Facultad interesados en cómo llevar una maestría en el extranjero y lograr trabajar en compañías líderes del mercado internacional. Castillo ha trabajado en Procter & Gamble y Molitalia, en puestos desde representante de ventas hasta gerente de trade marketing, y, próximamente, entrará a McKinsey & Company. Por su parte, Jara ha sido parte de empresas como Hyundai Perú, Belcorp e Isopetrol, en el área de gestión de proyectos; a partir de julio, trabajará en Amazon, en un programa rotacional de liderazgo en la ciudad de Seattle.

¿Cómo fue su experiencia, personal y académica, al estudiar en el extranjero?

Javier

La experiencia es bastante interesante en lo social, aprendiendo de personas exitosas de más de 50 países, con distintos backgrounds y creencias. Ser peruano, también, es un plus, ya que representamos a una minoría en la clase y, desde China a África, a todos les interesa nuestro país. La cultura norteamericana es, ligeramente, distinta a la nuestra y toca adecuarse a ese ambiente compartiendo con la diversidad de la clase. Académicamente, es una visión más corporativa y empresarial, haciendo de cada curso y clase un caso real de negocio.

Edgar

La maestría que estudié tenía alrededor de 140 estudiantes internacionales por lo que los debates tenían diferentes puntos de vista y eso enriquecía mucho la conversación. Asimismo, interactuar con gente tan diversa abre la mente, tanto en el plano académico como en el laboral y personal.

Con respecto a lo que aprendí en las aulas, la maestría profundizó muchos conceptos que había conocido superficialmente en el campo laboral y, también, me presentó conceptos nuevos en áreas cómo Marketing, Finanzas y Estrategia. Por cierto, la infraestructura y los recursos de la Universidad de Michigan son de clase mundial por lo que fue muy fácil profundizar en todos estos temas.

Finalmente, una parte importante de la maestría era la preparación para conseguir trabajo. Me instruyeron en temas que van desde cómo apalancarme en mi red de contactos para conseguir entrevistas en empresas hasta la preparación de entrevistas y negociación de ofertas.

¿Cómo percibes la competitividad y la exigencia?

Javier

Creo que esto depende de cómo vemos la exigencia. Aprobar no es más difícil que en la FCI, pero ser el mejor sí lo es. La competencia no es solo en otro idioma, sino con gente de universidades como Harvard y Stanford.

Edgar

Considero que destacar en la maestría es muy complicado, pues mucha de la gente con la que estudié ha hecho cosas espectaculares en diferentes ámbitos, desde deporte hasta arte o literatura, pasando, obviamente, por negocios. Por lo tanto, en un idioma diferente y con gente tan talentosa, destacar académicamente es más complicado.

Por otro lado, aprobar los cursos en FCI fue mucho más duro que aprobar los cursos en la maestría. Definitivamente, el nivel exigencia de la Facultad es altísimo y creo que, por lo mismo, para los egresados es fácil adaptarse a diferentes situaciones académicas.

¿Cuáles fueron los conocimientos que usted considera más importantes aprendidos en pregrado?

Javier

Desde mi punto de vista, la rigurosidad en los cursos de la PUCP desarrolla en los alumnos una estructura mental que permite adquirir conocimientos y habilidades de manera más sencilla. Además, el nivel matemático en la FCI es muy competitivo y permite una ventaja que no solo ayuda en lo académico, sino, también en las entrevistas con las mejores corporaciones y firmas del mundo durante el tiempo del MBA.

Edgar

La resolución de problemas complejos o “problem solving” es una habilidad muy demandada en empresas de diferentes industrias, desde consultoría hasta tecnología. En pregrado, tuve muchos cursos de programación que me ayudaron a iniciar y estructurar problemas complejos para, luego, poder resolverlos con mayor facilidad.

Por otro lado, el uso y manipulación de la información me dieron una ventaja con respecto a muchos de mis compañeros, ya que, para mí, era mucho más fácil procesar grandes cantidades de información para obtener puntos de vista o insights que ayudaran a resolver casos.

¿Qué tipo de habilidades aprendidas en la FCI fueron útiles para desenvolverse en su trabajo?

Javier

La exigencia en matemática y programación me permitieron desarrollar habilidades analíticas que hicieron la diferencia hasta hoy. Si bien la currícula de la Facultad es buena, recomendaría incorporar cursos de gestión de proyectos y liderazgo. En estos, trataría de enfocar la discusión a casos, situaciones reales y trabajo en grupo en clase. Esto puede ayudar a conectar la realidad con las aulas y ascender más rápido en la vida laboral.

Edgar

En la Facultad aprendí a aprender, a interactuar con personas, construyendo relaciones duraderas, y a desenvolverme en entornos retadores, esto último es lo que más me ha ayudado en mi carrera tanto laboral como personalmente.

¿Qué no cambiaría ni olvidaría de la FCI?

Javier

Probablemente, los mejores años de mi vida los he pasado en la Facultad. Académicamente, no cambiaría el nivel de exigencia y no olvidaré las amanecidas para hacer el trabajo previo al laboratorio. Socialmente, la Semana de Ciencias e Ingeniería es un evento que me hizo conocer mucha más gente de la que pensé, además, de desarrollar habilidades de liderazgo siendo vicepresidente de la AAII. Tampoco cambiaría la diversidad de alumnos que le da a nuestra experiencia un sentido más social y redondo acerca de nuestro país. Finalmente, la PUCP nos hace más conscientes de nuestro entorno y la forma de continuar es produciendo nosotros mismos el impacto positivo en la sociedad en los años que vengan.

Edgar

Si bien tengo geniales momentos con mis amigos en el Pabellón V, algo que no cambiaría es la Semana de Ciencias e Ingeniería, ya que es una buena oportunidad para profundizar lazos de amistad y para desarrollar capacidades más allá de lo académico.